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 Like a Virgin: Touched, for the very first time

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Chachii

Chachii


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MensajeTema: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitimeJue Abr 01, 2010 2:07 am

Resumen:
Era una cálida noche. Ambos estaban en sus habitaciones, hasta que uno de ellos, decide hacer lo de siempre. Fingir, para obtener lo que quiere.

Entró silenciosamente a la habitación, sin notar el crujir de la madera bajo sus pies a cada paso, hasta alcanzar la cama del moreno e inclinarse...

Género:
Humor, Romance

Clasificación:
+18

Advertencias:
Incesto, Lemon, Sadomasoquismo

Autor original:
Chachii/'SarahKaulitz

Fecha de publicación: 01/04/10

Fecha de última actualización: 04/04/10

Touched for the very firs time


La luz blanca y pura de la luna se filtraba inocentemente por entre las abiertas cortinas venecianas que adornaban cálida y delicadamente la habitación del moreno, el cual reposaba con su respiración acompasada, levemente enredado en las sedosas y rojas sábanas que vestían su cama adoselada.

El único y agradable sonido que embargaba la habitación, era su suave respiración entrando y saliendo de su cuerpo paulatinamente, provocando que su delicado y masculino pecho se hinchara de a momentos, ocasionando que la sábana fuese deslizándose hasta destaparle el torso por completo.

Dejó escapar un leve, casi insonoro, suspiro, entreabriendo sus perfectos labios color de baya, levemente brillantes por su saliva. Sonrió de lado algo adormilado y se contorsionó despacio en la cama, como si esperara a que cada hueso se ubicara en un lugar exacto, moviendo con más énfasis su pelvis, hasta suspirar más ruidosamente y morder su labio inferior.

-Tom…- susurró su gemelo, entrando silenciosamente a la habitación, sin notar el crujir de la madera bajo sus pies a cada paso, hasta alcanzar la cama del moreno e inclinarse.- Tom.- repitió en su oído, sintiendo como sus labios podían rozar los pequeños y rubios vellos que portaba su piel.

El moreno de trenzas se estremeció de manera imperceptible, ladeando su rostro con suavidad. La almohada se amoldó rápidamente a la forma de su rostro, el cual ahora miraba a través de sus cerrados ojos, a su gemelo. Éste se quedó mirándole quedito y silencioso, como examinándole. Desvió lentamente su mirada, recorriendo sin notarlo, la anatomía de Tom. De manera muy lenta paseó sus ávidos ojos por el pecho casi perfecto del mayor, sus algo marcadas costillas que le hacían extrañamente atractivo. Se deslizó como una serpiente hasta su abdomen, mordiendo su labio inferior inconscientemente; levantando despacio uno de sus brazos, para con la yema de sus dedos, recorrer con suavidad los abdominales del de trenzas, a penas si rozándolos, pudiendo sentir el calor de su cuerpo…como se hinchaba al respirar y como luego volvía a la normalidad. Apoyó la mano enteramente y se ruborizó apenas, lamiéndose los labios.

Tom se removió un poco ante el contacto, haciendo que Bill se echara hacía atrás enseguida, haciendo un espantoso ruido a crujido de madera y pisotones bruscos. Se quedó quieto como una estatua, observando a un Tom totalmente dormido.

-Joder…- murmuró llevando una mano a su corazón, el cual latía fuertemente, haciéndose notar. Sonrió de lado y se dispuso a salir de la habitación, en el instante en el cual sintió su muñeca ser rodeada por una cálida y algo áspera mano. Oh oh…

-Te ha faltado algo- dijo el de trenzas, sin un ápice de la voz pastosa que solían tener las personas que recién despertaban.

-Solo he venido, porque creí haber dejado aquí mi…mi…- miró hacía todos lados hasta dar con un delineador.

El mayor tiró hacía sí del brazo de Bill, haciéndole perder el equilibrio. Éste se puso tenso; estaba que se moría de los nervios. Su hermano siempre le había prohibido entrar a su habitación por la noche. Últimamente todo le daba curiosidad. Y al verle dormido le incitaba a revisar sus cosas, o sencillamente observarle dormir, y hablar con él mientras dormía.

-Lo siento.- dijo algo sumiso.

-No tienes porque sentirlo.- sonrió de lado Tom, instándole a sentarse a su lado.- Creo que te ha faltado algo.- repitió en algo similar a un siseo, haciendo que Bill se erizara.

-¿Ah…sí?- rió nerviosamente

Tom sonrió y se rió silenciosamente, tomando la mano de Bill en la suya, para posarla delicadamente sobre su propio abdomen. El menor algo reacio, como acto reflejo la quitó; y esta vez, el de trenzas fue algo más dominante, y se la tomó con algo más de fuerza, depositándola otra vez en el mismo y exacto lugar. Su reflejo, no la quitó.

-Oye, no voy a comerte…- rió Tom.- por ahora.- agregó, sonriendo de manera traviesa

-No entiendo de qué vas.- confesó Bill mirándole con los ojos entrecerrados, dejando un poco de lado el nerviosismo. No tenía de que preocuparse.

-Antes.- comenzó.- Estabas mirándome.- agregó, haciendo que Bill hiciera un puchero inconsciente.- Y no lo niegues.

-No lo hice.- dijo de manera rebelde, y como si hubiesen tirado de una cuerda, Tom le apretó la muñeca.- ¡Jodido duele!- chilló enseguida atinando a quitarla, aunque solo logró que le doliera aún más.

-Me estabas mirando.- continuó.- Y no solo lo hiciste, sino que hasta me tocaste.- agregó como si aquello fuera una fatalidad.- Ibas a continuar.- esto último fue más una orden, que un comentario.

-No iba a hacerlo.- susurró sintiendo como otra vez los nervios le embargaban.

-Sí ibas.- le contradijo, dejando de apretar su muñeca, alejando sus brazos de la mano de Bill, la cual seguía posada en su abdomen, cerrándose un poco.

-Eres mi hermano.- volvió a susurrar, con el rostro pensativo.

-Soy tu hermano, porque te dijeron que lo era.- dijo con rapidez.- Si nadie te lo hubiese dicho, solo sería Tom, el chico que vive contigo. Podríamos ser cualquier cosa, menos hermanos, Bill.- antes de decir esto, se sentó en la cama, siseándoselo al oído.- Si no estuviera el tabú de somos hermanos quien sabe las cosas que haríamos, ¿no?- rió suavemente, y besó el lóbulo de su oreja, haciendo que Bill tomara una brusca bocanada de aire.

El menor cerró los ojos despacio, sintiendo como una pequeña parte de su mandíbula y su lóbulo eran besados con efusividad, Besos secos, cortos, provocadores. Sí, provocadores.

-Pero sí sé que eres mi hermano. Y no puedo evitar saberlo.- susurró apoyando una mano en el pecho de Tom para apartarle, vaya, se estaba comportando como la condesa de las maricas.

-¡Joder! ¡Es un puto polvo!- chilló Tom apartándose bruscamente.- ¡No vas a contraer sida, ni gonorrea Bill!

-Eres bastante desagradable cuando realmente te lo propones.- dijo el aludido, mirándole con molestia.- ¿Un polvo? ¿Con tu hermano? Anda, si eres toda una mariquita en celo.- se burló, haciendo que a Tom se le desapareciera cualquier gesto de diversión del rostro.

Bill dejó de sonreír y se puso serio al igual que Tom, quien parecía atravesarle con su mirada. ¿Cuánto estuvieron así? Perdió la cuenta del tiempo, en cuanto sintió la mano del de trenzas, sostener la suya, contra su abdomen.

-¿Prefieres que te la quite un don nadie o alguien que amas?- dijo mirándole

-¿Desde cuándo te preocupa mi sexualidad?- chilló Bill zafándose

-No me contestes con preguntas, me pone violento y no quiero lastimarte.- dijo con sencillez.

El menor carraspeó y desvió su mirada. ¿De verdad lo haría con Tom? Bah, estaba seguro de que tan solo era una treta para incomodarle. Vale, si Tom quería probarle, Tom le tendría. Y el único que quedaría mal sería él. Por provocador…y mal hermano mayor. Pero…no podía moverse. Algo tenía claro. Tom dominaba cualquier clase de situación. Le miró con perspicacia y deslizó la mano que tenía en el abdomen de Tom hacía ya un buen rato, hasta su pelvis, rozándole con la yema de sus dedos. Si aquello era une treta, no faltaría mucho para que su gemelo se asqueara y le quitara la mano.

-Veo que entiendes.- sonrió ampliamente, notando como una fresca brisa que se colaba por la ventana, movía los cabellos despeinados de Bill, dándole un toque tan…inocente, a no ser por su mirada segura.

El de trenzas volvió a recostarse sobre el algo hundido colchón, sintiendo la sábana deslizarse bajo su espalda haciéndole sentir un hormigueo en todo su cuerpo. Cruzó los brazos detrás de su cabeza y le observó, notando bajo la escaza luz, el rubor intensificándose en aquellas pálidas mejillas. Aquellas…pálidas, suaves y delicadas, mejillas…tan prohibidas al igual que todo su cuerpo.

-Tom, yo no estoy seguro de…- susurró Bill, sin poder evitar jugar con los vellos de su pelvis del nerviosismo, haciendo ondas.

-Me hace cosquillas.- rió bajito Tom, volviendo a sentarse, tomando el rostro de Bill entre sus manos.- ¿Hay a caso amor más puro que el de un hermano a otro?- susurró casi contra sus labios

-De hecho…sí.- dijo entrecortadamente, sintiendo el aliento de Tom chocar contra sus labios, como si fueran lo más delicioso y lejano de probar que tuviera en su vida.- El de una madre por un hijo.

-Pero si vamos al caso, eso sería realmente desagradable, porque todo ese hijo, ha salido por donde ahora inserta otra cosa.- rió bajito, haciendo que Bill sonriera, aún duro de la tensión.- Solo déjate llevar, ¿vale?

Bill tragó saliva y asintió humedeciéndose los labios, sintiendo en ese instante, los de Tom posándose sobre los mismos. ¿Cuántas veces había soñado el sabor metálico del piercing de su gemelo? Fue en ese momento en el cual recordó aquellos sueños que le hacían despertar pegajoso, sin poder saber cuál había sido el motivo. El de trenzas volvió a recostarse casi enseguida, en la misma posición, sintiendo las yemas de los dedos de Bill, pasearse por su pelvis, enredándose inocentemente en sus vellos. Más que excitarle, le daba ternura. Qué asco.

Se entretuvo haciendo el ridículo por algunos minutos, hasta que se hizo de coraje, y mordiendo su labio inferior con inseguridad, fue deslizando su mano hasta dentro del bóxer, rozando la base del miembro de Tom, que no estaba erecto, aunque sí algo despierto. Como algo mecánico, Tom se lo quitó sin apenas moverse, dejando a Bill un tanto pasmado y agobiado, notando que aquello comenzaba a hacérsele interesante.

Deslizó su dedo índice por su masculinidad, notando como Tom se movía en la cama. Estaba bien…sentía que todo marchaba demasiado lento, y que a ese paso se dormiría antes de llegar al orgasmo, pero estaba bien…no podía pretender nada más de Bill. Otra brisa, hizo que el menor se estremeciera, y se inclinara un poco hacia delante, dejando a Tom con los ojos abiertos de par en par; sobre todo al sentir los labios suaves y calientes de su gemelo sobre su miembro, recorriéndole con la bolita metálica del piercing que llevaba en su lengua. Bill miró a Tom como buscando su aprobación, pero su cara de placer fue la única respuesta que necesitó, antes de continuar con su recorrido, pasando también su labio inferior junto con su lengua. Tom dejó escapar un jadeo, y movió el piercing de su labio con la punta de su lengua, apoyándose en uno de sus codos, para con la otra mano acariciar la cintura de Bill.

-¿Qué…?- comenzó Bill desconcertado

-Sh. Sigue.- dijo moviendo su mano, al hombro de Bill para instarle a que continuara.

Éste se sonrojó bastante y al volver a su labor, notó que Tom ya estaba duro del todo, o eso parecía. Sonrió de lado y se movió un poco, para apoyar la punta de su lengua en la base, saboreando desde allí, hasta la punta con lentitud, disfrutando al oír los jadeos de Tom al verle. Y…y aquellas caricias y leves apretones en la cintura…le estaban cegando un poco.

Sin notarlo, tan solo dejándose llevar, estaba lamiendo, besando y succionando el miembro de Tom, con su boca, sintiendo el gusto agridulce que desprendía la masculinidad de su gemelo. Era exótico…pero increíblemente sensual y excitante. Sentía oleadas de enorme calor recorrerle el cuerpo con cada lamida, o roce de Tom, el cual ya no se contentaba con acariciarle o pellizcarle la cintura, sino que expandió su repertorio a donde fuese que su mano alcanzara.

-Ven.- dijo Tom con la voz algo ronca, sentándose y atrayendo a Bill por la cintura más contra sí, hasta que sus pechos se tocaron, llevando su otra mano a la nuca del menor para presionarle más y devorar sus labios con ansias, sintiendo su propio sabor. Ambos buscaron la lengua del otro, peleándose en una batalla pasional por dominar la situación, hasta que a ambos le dolieron los labios de tanta brusquedad y desesperación. Ansiedad del otro.

El de trenzas tumbó a Bill a su lado en la cama, sentándose sobre sus muslos, notando sin dificultad que su gemelo estaba en el mismo caso que él. Duro hasta la médula. Se apartó un poco y se deshizo del bóxer de éste, acariciando ya de paso con lentitud sus muslos, notando como se erizaba con cada roce. Dejó un camino de húmedas mordiscas en el interior de su muslo, y un par de besos en sus piernas, hasta deshacerse de la última prenda de ropa que les impedía friccionar su desnudez el uno con el otro.

-Tom yo no sé si pueda…- gimió Bill al sentirle ponerse entre sus piernas, a la par que sus miembros se rozaban bruscamente a causa de que Tom se inclinase sobre él para besar y morder su cuello con algo de violencia.- Me da miedo.- confesó apoyando sus manos en los omoplatos del mayor.

-Tendré cuidado.- dijo Tom sin siquiera oírse lo que decía, estaba demasiado excitado.- Habla menos y disfruta más.- le ordenó, fingiendo embestidas que en realidad solo hacían que sus muslos chocaran contra las nalgas de Bill, y sus miembros se friccionaran aún más, logrando que Bill se sonrojara y gimiera bajito, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa.

Esto es raro…estoy a punto de desvirgarme con mi gemelo…que asombroso pensó de manera estúpida a causa de la excitación.

Tom bajó de su cuello, recorriendo con su lengua y sus labios el pecho de Bill con ansias, deteniéndose a jugar con el piercing de su pezón izquierdo, lo cual hizo gritar del placer a Bill. Pasó la punta de su lengua por cada una de las bolitas, hasta moverlo de arriba hacia abajo, aprovechando con cada caricia, morder su piel. El menor estaba que enloquecía. Poco a poco, Tom fue moviendo su cuerpo hacia abajo, hasta quedar cara a cara con la anhelada estrella. La besó varias y prolongadas veces, disfrutando el contacto del bajo abdomen de Bill en sus labios. Traviesamente su lengua fue saliendo de entre sus labios, para así poder recorrer aquella fuente de excitación sin medida.

-¡Me estás matando!- gimió Bill, al sentir los labios de su gemelo en su miembro, celados de cerca por su lengua.

-Si con esto te mato, no quiero saber lo que sentirás cuando llegues al orgasmo.- admitió burlescamente, depositando un beso en su pelvis y retomando la posición inicial, dándole pequeños, salados y secos besos a Bill, quien no podía cerrar la boca, a causa de su respiración agitada.

Bill mordió su labio inferior, intentando corresponderle los besos, aunque realmente se veía incapaz de controlar siquiera los movimientos de su cuerpo. No era consciente de que estaba moviendo la pelvis hacia arriba, por el mero hecho de querer rozar su miembro contra el muslo de Tom. Éste por su parte, ya había deslizado su brazo hasta la mesita de noche. Abrió el cajón en silencio, y sin dejar de acariciar a Bill con su otra mano, fue rebuscando un pequeño frasquito.

-¿Vamos a hacerlo de verdad?- gimió Bill, sin poder evitar acariciar su miembro

-Sí Bill, vamos a hacerlo de verdad.- murmuró Tom poniendo los ojos en blanco y sacando el pequeño envase, abriéndolo con los dientes.

-¿Me va a doler?

-Sin dolor no hay placer.- dijo a modo de respuesta, sonriéndole fugazmente, más concentrado en no ser demasiado bestia.

El menor iba a hacer varias réplicas más, pero decidió callarse al ver el rostro tenso de Tom. Le restó importancia y cerró sus ojos, sintiendo como Tom se movía sobre él y entre sus piernas. Le dio mucho miedo en aquel momento, muchísimo miedo, pero no tenía ya nada que perder, y si a causa del pánico se iba, Tom no se lo perdonaría junto…pero es que en ese instante era cuando recordaba claramente que Tom era su hermano.

-Tom…- susurró cerrando los ojos aún más fuerte

-¿Hmm?- balbuceó éste, palpando la estrechez de su gemelo.

-¿Por qué haces esto?

-Porque…eres mi experimento.

Bill frunció el ceño, soltando un suspiro de placer que le hizo olvidar momentáneamente aquello. Experimento. Se quedó flojo sobre la cama, mientras sentía unas excitantes cosquillas en su entrada. Por su parte, Tom estaba concentrado en distraer de algún modo a Bill, encargándose de acariciar su miembro, el cual de tan erecto que estaba, se encontraba casi pegado al abdomen del menor. Sonrió de lado al notar eso, e introdujo su primer dedo al prepararlo. Tan suave, tan caliente, con unas enormes ganas de no detenerse nunca, y eso que aún no comenzaba.

-¡Ah!- chilló Bill al sentir aquella intrusión en su cuerpo, en una de sus partes más íntimas; sintiendo como cualquier otro quejido era callado con los fuertes labios de Tom, en un algo violento beso…que le encantó.

Mientras le besaba continuó preparándole con ansiedad. Estaba que se moría por penetrarle de una vez, le dolía todo el tronco de su miembro a causa de que la piel estuviese tan estirada. Le urgía, follarse a su hermano, en aquel preciso instante. Bill no paraba de removerse y soltar algún gemido casual, seguido de cerca por una horda de suspiros y jadeos, que le instaban a mover su pelvis hacia arriba, de manera algo circular.

Poco a poco sentía como ya no le molestaban tanto aquellos finos y largos dedos que bien conocía. Los labios de él y Tom se encontraban pegados, sus lenguas eran cada algunos segundos bañadas por la luz de la luna, mientras sus cuerpos agitados y levemente sudados se movían el uno contra el otro; mientras poco a poco Bill perdía cada pizca de inocencia, la última pizca de inocencia que le quedaba, en aquel acto tan extraño de amor…o deseo.

-¡Oh Dios, oh Dios, oh Dios!- gemía aferrando las sábanas de seda entre sus manos, clavándose las uñas en las palmas, al sentir a Tom ya dentro por completo, sintiendo un dolor punzante e incómodo.- ¡Es demasiado!- chilló cerrando los ojos y levantando el pecho, retorciéndose de placer.

-Una de dos, o te toqué el punto G, o tienes el orgasmo fácil.- jadeó Tom sin poder evitar soltar una risa, arrodillándose en la cama ocupándose de colocar las piernas de Bill sobre sus hombros.

-¡No! ¡Me duele!- rugió de manera feroz mirando a Tom a la par que le clavaba a él las uñas en los brazos.

El de trenzas puso los ojos en blanco y movió las piernas de Bill hacía un costado, sin despegar su pelvis del trasero de éste, y con cuidado de no hacer un mal movimiento se recostó tras de él.

-¿Mejor así?- susurró besando su hombro, moviéndose despacio.

-Oh sí, ya lo creo que sí…creo que ya sé que hacer…- sonrió Bill ladeando un poco su rostro hacia atrás, para inesperadamente, comenzar a mover su cadera de adelante hacia atrás, dejando a Tom atónito otra vez, jadeando irremediablemente.

El de trenzas pasó uno de sus brazos por la cintura de Bill rodeándole el abdomen, mientras ayudaba a Bill a hacer las suaves embestidas. Cálidos y anhelantes besos se iban desperdigando por el cuello de Bill, siendo atrevidos y escapándose alguna que otra mordida, que le hacía gemir de placer.

-No es suficiente.-gimió Bill comenzando a hacer las embestidas algo más rápidas y profundas, aunque no del todo.

-¡¿Qué?!- chilló Tom incrédulo, ahogando un gemido en el hombro de Bill.

-Tom…golpéame.- susurró con sensualidad.- Me excita lo sado.

-¿De qué vas?- dijo sorprendido, sintiendo como Bill tomaba su mano para rodear su propio miembro y apretarlo.

-¡AH!- rugió echando su cabeza hacia atrás de tal manera que la dejó apoyada sobre el hombro de Tom.

Las embestidas siguieron siendo pausadas y algo lentas, mientras que Tom apretaba quizás algo fuerte el miembro de Bill, haciéndole gemir. Éste, por su parte le arañaba y lamía a donde alcanzaba. Se sentía…totalmente…vulgarmente hablando, emputecido. Le encantaba como su hermano entraba y salía de él de aquella manera. Le encantaba como le mordía suavemente en el hombro y el cuello; adoraba como cortaba la circulación de su miembro, haciéndole doler de una manera excesiva que le llenaba de placer.

-Eres aburrido en la cama Tom…- susurró Bill

Como si eso hubiese tocado un interruptor dentro de Tom, de manera agresiva se salió del interior de Bill, poniéndole boca abajo y haciéndole reír de una manera un tanto enferma.

-Rawr chico malo…- gimió al sentir como Tom tomaba sus cabellos y mordía sus labios con frenesí al besarle, sin poder evitar gemir aún más fuerte.

Una vez le tuvo boca abajo, y su merced, le hizo levantar la cadera, apoyando las rodillas sobre la cama y el torso apoyado aún en ésta, y volvió a penetrarle, esta vez sin miramientos ni preparaciones lentas. Una buena y gran embestida.

-¡Jódeme!- gritó Bill mordiendo la almohada al sentir como todo su cuerpo se iba hacia delante con las embestidas bruscas de Tom.- ¡Jódeme como nunca has jodido a nadie!- esta vez se le oyó más amortiguado a causa de la almohada y los jadeos.

Tom se mordió el labio inferior y sonrió de lado, inclinándose sobre la espalda de Bill, para pasar su lengua por cada gota de sudor que encontró en el pequeño hueco que se hacía a causa de su columna. El menor se estremeció e hizo algo de presión con sus nalgas, ocasionando una serie de gemidos y jadeos histéricos por parte de Tom, quien estaba en aquel instante con la frente apoyada en uno de los omoplatos de él.

-¿Quieres que lo haga como a nadie?- jadeó contra su oído, apretando su cadera, quedando ambos quietos, solo oyéndose el ruido de sus agitadas respiraciones.

-Quiero…que me la metas hasta el fondo…- dijo atrevidamente, sintiendo como Tom le agarraba con fiereza de los cabellos tirando de ellos hacia atrás, lo cual le resultaba molesto para tragar, pero le estaba excitando sobre manera. Le puso más duro si cabía la posibilidad de que eso pasara.

-¿Hasta el fondo?- susurró lamiendo su cuello

-Sí…- dijo sin emitir sonido, sintiendo una algo brutal mordida en el pequeño espacio que había entre su hombro y su cuello, que le hizo gritar de placer.

-Tus deseos son ordenes hermanito.- sonrió y se enderezó aún sosteniéndole de la cabeza, la cual quedaba inclinada de una manera incómoda hacia atrás, como si estuviesen haciéndolo a lo perrito, pero más salvaje.- A ver si luego no te quejas de que soy un mal hermano mayor.- medio rugió, comenzando a embestir con fuerza.

Bill al principio creyó que luego de eso, no podría hablar por algunos días. La manera de embestir de Tom tocaba algo dentro de él que le hacía asfixiarse de placer y poner los ojos en blanco. Los tirones de cabello, las mordidas, las lamidas, las nalgadas…oh sí las nalgadas, sentía que le ardían de una manera increíble, pero como le gustaban. En algún momento de aquel revolcón, sintió la mano de Tom masturbándole y apretándole la base, lo cual realmente le dolía.

-¡Más…más fuerte!- gimió, y tal cual, sus deseos eran ordenes para Tom, y apretó aún más fuerte la base del miembro de Bill, quien soltó una lágrima de dolor, que no se comparaba para nada al placer que estaba sintiendo.

Tom aflojó su agarra y a base de nalgadas y embestidas, logró tener a Bill completamente perdido en el paraíso. Remató aquello masturbándolo algo flojamente, y haciéndole sufrir.

-Creo que me he cansado…- murmuró en broma, saliendo de a poco de dentro de Bill

-¡NI SE TE OCURRA!- rugió Bill moviendo todo su cuerpo hacia atrás.

El miembro de Tom entró de sopetón otra vez, y esta vez fue Bill quien se movía desde adelante hacia atrás para ser ferozmente penetrado, mientras el mayor se ocupaba de masturbarlo y hacerle cosas que le dolieran, como aquellas nalgadas que seguramente no olvidaría. Sintió como Tom se apoyaba más contra sí, y al sentir aquellos pellizcones en sus pezones, se sintió volar, y no pudo evitar correrse en la mano de su gemelo, mientras éste estaba en la recta final.

-Eres un chico sucio, me has…me has arruinado la mano…- rió bajito y jadeante, no podía casi respirar de lo viciado que estaba el aire, parecía que ni la brisa quería sentirse de sobra en aquel momento.

-¡Acaba de una vez!- gimió con un lloriqueo de pura gula.- Me vas a dejar el culo como el estrecho de Gibraltar…

-Ni tanto…no es tan gruesa…- se defendió, sintiendo como los testículos le cosquilleaban.

-No será tan gruesa pero…joder es larga…es…tiene un gusto tan especial.- comenzó Bill, sintiendo como Tom le pellizcaba aún más fuerte uno de los pezones, y con la otra mano le desperdigaba su semen por la cara, haciéndole lamerse los labios; al fin y al cabo, era el suyo propio.- Entre salado y amargo…sudada y con su piel estirada a causa de la excitación…esa excitación que yo provoqué…esa magnífica erección que está dentro de mi estrecho culo la provoqué yo solito y la disfruto yo solito…como buen…hermano menor.

-¡JO-DER!- gritó Tom corriéndose dentro de Bill, sintiendo como su semen se desparramaba en el interior de Bill y se salía por su orificio, goteando viscosamente hacia las sábanas y su propio cuerpo.- Eres un asco…- susurró

-Créeme que lo sé…- sonrió de lado.- Pero tú eres aún más asqueroso por follarte a tu propio hermano…

El de trenzas rió de manera ronca y poco a poco fue sacando su virilidad del interior de Bill, para recostarse a su lado y acariciar sus cabellos, aquellos que estaban pegados a causa de la transpiración, en su perfecto semblante.

-Me has desvirgado…felicitaciones…- murmuró

-Y pensar que al principio no querías.- rió divertido.- Y te has comportado como una puta cualquiera.

-Oye no te pases.- dijo serio mirándole y poniéndose de costado para verle mejor, notando que ya salían las primeras luces del alba.

-Ok, no me paso.- sonrió besando sus labios.- Eres como una virgen a la que tocan por primera vez.- mintió sonriendo.

-Eres un desgraciado.- rió bajito acomodándose sobre su pecho y tapando a ambos con la sábana.- Estoy exhausto.- suspiró cerrando sus ojos.

-Duerme.- le dio la solución, cerrando él también los ojos.

Ambos se quedaron dormidos enseguida, sin emitir ningún sonido. Al igual que en algún momento de la noche, solo se escuchaban sus pausadas respiraciones, como si fuera un coro de dulces ángeles.

Cuando el menor despertó, palpó la cama donde era el lado de Tom, sorprendiéndose al tan solo sentir su aroma. Miró el reloj y descubrió que era más tarde del medio día, y suspiró. Vaya…estaba seguro de que jamás tendría tan buen sexo con nadie. Aunque claro, Tom tampoco fue la gran cosa…pero cuando lo haces con amor siempre se siente diferente, ¿o no? Al palpar sintió un papel bajo su mano y se frotó los ojos, sentándose con dificultad, ya que estaba algo adolorido, y lo leyó.

Vaya Bill, ¿qué hiciste conmigo?
Jaja, nada, es una broma, oye me he ido antes, quiero una explicación de porque ambos estábamos desnudos en mi cama luego, se me ha hecho bizarro, nada más. Besos.


Bill se quedó mirando el papel y entrecerró los ojos.

-¿Estás de broma verdad?- murmuró arrugando el papel en su mano, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas de enojo y rabia.- No puedo haberlo soñado otra vez, es…imposible, fue tan real…¡tan real!- rugió tirando la bolita de papel contra el suelo.

Mientras, en un café no muy lejos, Tom suspiraba. Sabía que lo que había hecho estaba mal…vaya, bueno, follarte a tu hermano no era precisamente un motivo para ganarte un Nobel…pero no podía permitir que Bill se sintiera como un enfermo por su culpa. Pasaba de eso…era mejor que creyera que lo había soñado. Como las incontables veces en las que fue al cuarto del menor y le corrió mano indiscriminadamente, y éste al despertarse creía que era un sueño muy vívido, solo eso…pero ya le resultaba común. Le resultaba fácil engañarle. Cambiar las sábanas y una carta que exprese lo anonadado que estaba y ya.

Porque Bill jamás dejaría de ser tan tonto e inocente.
Tal cual, como un virgen tocado por primera vez. No diferencia la verdad, de la fantasía.

Aunque lo que había hecho, era muy real…tan real, que Bill aún reflexionaba sobre su molestia al moverse.

-¡Jódeme!- gritó Bill

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Hacía bastante que no escribía Smile y sí, ya sé que uso algunas palabras españolas, es que las nativas de acá son muy chocantes (?
Espero que guste, y si gusta, subo el segundo y final capítulo, que es opcional, ya que esto inicialmente era un oneshot y está escrito como tal, pero en TWCKaulitz me pidieron que lo siga e.e y ya. Soy buena (? ahaha. Espero opiniones Smile


Última edición por Chachii el Dom Abr 04, 2010 12:51 am, editado 1 vez
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romib_kaulitz01

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MensajeTema: Re: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitimeJue Abr 01, 2010 2:11 am

OMFG!!! chachii q zarpado q t quedoo!!!
me encanto de verdad, pero... pobre bill, se cree q es un sueño jaja
ese Tom q zorrillo!!
demas, me encanto, y dalee subi el segundo a ver q pasa!!! Wink
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Chachii

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MensajeTema: Re: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitimeDom Abr 04, 2010 12:53 am

Capítulo 2


Tom entró a su habitación dejando escapar un suspiro por entre sus labios. Aún se sentía culpable por haberle hecho creer a Bill que aquella noche en la cual se lo montaron de película. Miró todo y notó que la manera en la cual engañaba a Bill era demasiado exacta, todo estaba como si jamás en su vida hubiesen tenido una noche tan…increíblemente apasionada. Bajó su mirada y logró ver su carta arrugada en el piso. Normal. Quizás debería haber escrito algo más…creíble como “Hey Bill, ¿sueños húmedos huh? Amaneciste desnudo en mi cama, que asco, pero soy buen hermano haha.” O algo por el estilo. Aunque desde que lograba que Bill se creyera todas y cada una de sus mentiras, ya ni siquiera se esmeraba en mentir como se debe. A veces realmente creía que su gemelo o tenía un retraso cerebral o aún no maduraba del todo.

Pero le encantaba que fuera de ese modo.

Tan inocente y dulce.

No le amaba como a una pareja, de hecho, solo le quería para un polvo y quizás hasta sonara cruel, pero no le apetecía repetir. Realmente su...¿meta? Había sido lograr eso, jodérselo a más no poder, quedarse con su virginidad y luego hacer como que nada ha pasado. Bueno sí…sonaba muy cruel.

Tomó de su mesa de noche un vaso de agua. Seguramente Bill lo había dejado ahí cuando se levantó...bah que le importaba.

Aunque tampoco pretendía hacerle daño...resopló y entrecerró los ojos, tumbándose boca arriba en la cama. Lo mejor sería dejar de hacerle ese tipo de cosas por la noche. Se había pasado realmente lo había hecho.

Se levantó de la cama con cuidado, sintiendo como el colchón se hundía al pasar su peso de un lado hacia otro y se quitó la ropa. Eran no más de las cuatro de la tarde, pero estaba cansado –y no era para menos-, además del cansancio, estaba la culpa que sentía, la cual realmente no había sentido nunca al hacerle algo así a Bill. Pero ya todo era parte del pasado, no volvería a cometer el mismo error dos veces. En realidad...dejaría de hacer todo lo que conllevara algo sexual con Bill. Algún día se daría cuenta.

Aquello no duraría por siempre.

Se quedó solo con su bóxer puesto y se tumbó en la cama bruscamente, haciendo que los fierros sonaran peligrosamente. Balbuceó algo y levantó un poco la cabeza, notando que se le había olvidado por completo mover la cama contra la pared otra vez. Claro...no podía estar en todo... ¿y si Bill comenzaba a notar los errores de su intento de “aquí no ha pasado nada”? Tendría un problema muy serio...sí definitivamente muy serio.

Sin más, cerró los ojos y se entregó a los placeres de su subconsciente, durmiéndose tranquilamente.


Y la noche, no se hizo esperar.

Cuero.
Cadenas.
Látigos.

El ruido de un cierre cerrándose en torno a una esbelta pierna, la cual estaba rodeada de unas sensuales medias de red. Plataformas, y mucho maquillaje negro. El moreno sonrió de lado y se mordió el labio inferior, acomodando las pulseras de tachas en sus delgadas muñecas, acomodando sus enormes y pesados collares. Posó la yema de su dedo índice sobre sus labios, besándolo silenciosamente para luego deslizarlo hasta su mentón...cuello, nuez. Hizo círculos en su pecho tapado por un chaleco, el cual era conjuntamente un short de cuero negro brillante, subiendo su dedo por sobre el cierre hasta llegar a su bajo abdomen. Se miró en el espejo y se notó perfecto. Sus labios negros...su pelo peinado y arreglado a la perfección hacia atrás. Sonrió sensualmente y se levantó de la cama, sintiéndose aún más alto de lo normal.

-Me cansé de tus mentiras...me cansé de tus adiós sin sentido...ya es tarde Tomi.- susurró tomando el látigo, acariciándolo con una de sus manos.

El ruido del cuero al contraerse o pegarse a su piel le siguió hasta el cuarto de Tom, en el cual le vio dormido...se veía dulce, tierno...falso, mentiroso y embustero.

-¿De verdad creíste que me engañarías?- sonrió de lado lamiéndose los labios.

Se sentó sobre su pelvis y se inclinó hacia adelante para lamer su mentón. ¿Ahora quién era el vulnerable? ¿Quién sería el engañado? Rió bajito y se apropió de sus labios un segundo, tan solo sintiendo su respiración dentro de su boca. Le mordió el labio inferior y tiró despacio de éste, observó sus ojos firmemente cerrados. No le quedaba mucho tiempo antes de que despertara.

Miró el vaso de agua sobre la mesa de noche y frunció los labios, se lo había tomado todo...o sea que hasta el polvillo de la pastilla se había tomado. Aún tenía tiempo.

Se bajó despacio de su cuerpo, y con dificultad fue bajando a su gemelo de la cama adoselada. Suspiró, vaya, pesaba lo suyo, y con las plataformas puestas era un tanto difícil bajarle. Con un ruido seco, el trasero de Tom cayó al piso, haciendo que Bill formara una mueca de dolor en su rostro, afirmándole por debajo de los brazos, a sus muslos. Con cuidado siguió arrastrándole hasta que sus pies cayeron ruidosamente al piso también.

-Lo siento.- susurró inclinándose bastante para besar su sien y continuándolo arrastrando.

Estando de espaldas debía ladear su cabeza en varias ocasiones hacia atrás, pero logró llegar exitosamente a el ático, el cual había preparado especialmente para la ocasión durante el día. Además de que bueno...a veces de algo hay que vivir y...por ser algo similar a una dominatriz le pagaban bastante bien.

Le depositó quizás algo bruscamente sobre un sofá de tela negra con algunos detalles algo eróticos en rojo, y suspiró con tranquilidad. Vaya, no debería ir al gimnasio por un buen tiempo con aquel ejercicio.

Suspiró y se dirigió hacia una especie de cómoda que tenía algo escondida bajo unas telas, y de allí sacó unas velas de colores rojas y negras. Las fue dejando en diferentes lugares, no eran muchas. Decir quince era el número exacto. Segundos después, las prendió todas y luego prendió las dos luces de arriba que alumbraban todo con una intensa luz roja a la cual las pupilas de Bill se acostumbraron enseguida.

-Si tan solo te interesaras más...hubieras sabido lo que había aquí arriba...hubieras sabido las cosas que hacía...- dijo dando vueltas en torno a una camilla, la cual en cada punta tenía unos fierros de los cuales colgaban cadenas.- Ah...- suspiró acomodándolas un poco, mientras revisaba que tenía las llaves.- A veces me tomas por un idiota Tom y realmente no lo soy...y con esto de joderme, lograste solo cagarla más de lo normal.- rió bajito, con algo de morbo.

No era que fuera un degenerado sexual, ni nada por el estilo. Pero la cuestión sadomasoquista...le encantaba. Que le pegaran mientras follaban era como, la mejor sensación del mundo para Bill. Y siendo así y todo, era un chico inocente, sino, no se hubiera tardado tanto tiempo en descubrir que en realidad nunca soñó que se folló a su hermano, ni que por las noches Tom iba a su cuarto y se tocaban mutuamente. Porque todo aquello que creyó soñar, pasó de verdad.

Sino, ¿de dónde había salido aquel incesante dolor de trasero?
¿Y los mordiscones?
¿Los chupones?
¿Las marcas?

Vamos...Tom realmente creía que él era un retrasado mental. Pero estaba seriamente equivocado, y en aquel momento sabría quien era verdaderamente Bill Kaulitz.

-Conmigo, no se juega hermanito.- susurró acercándose a él.

Le tomó con dificultad en brazos y haciéndose de toda su fuerza, caminó con él hasta depositarle sobre la camilla, quedándose apoyado brevemente en la misma, acompasando su respiración. Estaba un poco falto de ejercicio parecía...o es que Tom de verdad necesitaba comenzar una dieta. Sonrió de lado y suspiró, mirando su cuerpo, para enseguida quitarle el bóxer de a poco, examinándole meticulosamente. La vez anterior no se había gastado en observarle tanto porque claro...supuestamente era un sueño. Hizo morritos y dejó el bóxer doblado sobre el sofá.

Prácticamente enseguida, caminando con decisión, se acercó a la camilla donde estaba Tom, e instantáneamente levantó una por una las cadenas, rodeando las muñecas y los tobillos del de trenzas. Las cuatro extremidades, quedaron todas algo tirantes y separadas, lo cual hizo a Bill sonreír con mucho morbo. Esta vez le tocaba a él, sí...esta vez le tocaba a Tom que le quitaran la inocencia.


Entreabrió sus ojos algo adolorido. Sentía como que su espalda estaba totalmente recta sobre la cama, y sentía las piernas algo dormidas. Bostezó e intentó mover sus brazos para frotarse los ojos, sin conseguir moverlos. Más bien sintió como un punzante dolor en las muñecas. Frunció el ceño y lo intentó de nuevo, esta vez escuchando el ruido que ocasionaban las cadenas al moverse. Abrió los ojos de par en par y movió un poco el cuello para verse el resto del cuerpo y notar que estaba, naturalmente, encadenado.

-Hola Tomi.- saludó Bill inocentemente desde el sofá, cruzado de piernas mientras jugaba con el cierre de su entero de cuero.

-¡¿Qué demonios es esto?!- dijo Tom algo alterado, mirando la cantidad de objetos totalmente amenazantes que habían en la habitación, y podían atentar sin dificultad alguna contra su vida.

-Pues bueno, esto es un ático en el cual yo suelo trabajar cuando tú no estás en casa, para ultrajar mi cuerpo y luego decirme que es un sueño.- suspiró como si de verdad le importase, parándose y caminando hacia la camilla, haciendo que Tom palideciera.- Esas...estúpidas notas, las odio.- dijo casi que escupiendo

-Oye, de verdad, esto no es gracioso Bill, ya suéltame.- murmuró poniéndose realmente nervioso al notarse desnudo.

-A mí tampoco me parecía gracioso que me dijeras que soñaba contigo...haciéndote esas cosas, tú tocándome. Anda. ¿No te pesa ni un poco la consciencia Tom?- dijo esta vez más agresivamente, sosteniendo firmemente el látigo en su mano, fuera de la vista de Tom.- ¡¿Ni un poco te pesa el haberme engañado?!- le gritó

El de trenzas sintió como todo de repente se le daba vueltas de golpe. Evaluó rápidamente la situación. No estaba en condiciones de hacer réplicas ni preguntar estupideces...solo debía obedecer y estaba seguro de que Bill cedería. Es decir... ¡Debía! Ceder.

-Lo siento. Lo siento, yo solo no quería que tú te sintieras mal al respecto.- confesó, aunque no sonó creíble.

-¡No lo sientes!- volvió a gritarle, levantando en una milésima de segundo el látigo del cual pendían largas tiras de cuero, las cuales marcaron la cadera de Tom.

-¡QUE HACES!- gritó medio en un rugido de dolor.

-¿Sabes? Esta vez, me toca jugar a mi Tom. Yo te diré lo que podemos hacer.- sonrió ampliamente

-Bill...- murmuró

El moreno negó y posó uno de sus dedos en los labios de Tom, antes de inclinarse para darle un suave beso que no fue correspondido, lo cual ocasionó otro inminente latigazo, esta vez en el muslo.

-¡No seas animal!- chilló

-Y tú no seas mal educado.- dijo Bill mirándole con los ojos avellana encendidos, con una chispa extraña entre inocente, violenta y sensual.- Haz de esto algo más ameno Tom...ambos podemos disfrutarlo si te lo propones...

El de trenzas entrecerró sus ojos.
Definitivamente prefería el Bill inocente que había visto la noche anterior antes de comérselo vivo prácticamente. Suspiró y evaluó en una milésima de segundo, si valía la pena realmente pasarla mal...después de todo...no sería la primera vez que estaba atado con cadenas.

Sonrió de lado provocadoramente y Bill captó el mensaje, dejando que su lengua se asomase por entre sus dientes, tocando levemente su labio superior. Aquello, en cierto modo, logró mover algo en el interior del de trenzas. Como por ejemplo, que aquel polvo, le iba a doler la vida entera más o menos...

El moreno pasó el extremo del látigo por sobre el pecho del de trenzas, en una falsa caricia, yendo desde el punto de partida hasta su bajo abdomen, en el cual jugueteó con suavidad con su virilidad, ocasionando que el de trenzas soltara un leve jadeo, más que nada de nerviosismo. Quitó el objeto de en medio y fue depositando suaves besos en sus músculos, deteniéndose a jugar traviesamente con sus pezones, mordiéndolos algo fuerte.

-¡Ah!- gritó Tom adolorido, haciendo que Bill sonriera ampliamente.

-Así que...- susurró ahora dando vueltas en círculos alrededor de la camilla.- ¿No te excito?

Tom tragó con dureza. No era que no le excitara, eran las condiciones en las cuales Bill pretendía que se excitase, el problema. Contuvo el suspiro que estaba a punto de escaparse de sus labios. Temía que hasta el más mínimo movimiento, provocara una reacción violenta en...su...hermanito menor.

-Lo haces.- siseó intentando mantener la calma, <<anda, solo es Bill, ¿por qué estás así de nervioso? Ni que te hubiese drogado para llevarte hasta allí y ahora te tuviera encadenado ¡con un látigo en la mano!>>

-Sabes, yo confié en ti siempre Tom, pero creo que tú solamente te empecinabas en tratarme como si algo anduviese mal conmigo y lamentablemente, para ti claro, todo está bien conmigo. Y hoy, todo estará bien contigo si haces lo que te digo.

-Bill, si quieres podemos ir a mi habitación, este lugar me pone los pelos de punta.

-¡Hoy haremos lo que yo quiera!- gritó dándole otro latigazo en el muslo, un ápice más debajo de donde le había dejado el anterior.- ¡Me cansé de hacer siempre lo que a ti te sale del culo!- rugió ferozmente, cosa que seguramente no hubiese hecho sino estuviese bajo los efectos de un cóctel de píldoras que le estaban acelerando demasiado.

-¡Ya vale pero deja de pegarme con eso!- chilló Tom intentando moverse sin éxito.

-¿Prefieres que te lo meta por el culo? Estoy seguro de que será una experiencia muy excitante para ambos.- sonrió con morbo

-¡NO!- gritó espantado

Bill puso los ojos en blanco y tiró el látigo al piso con molestia, alejándose de Tom, el cual respiró tranquilo. Quizás ya todo había terminado. Bueno, o eso pensó hasta que vio al moreno con un rollo enorme de esas cintas plateadas que usan los electricistas o cuando vas a embalar algo muy importante que no quieres que se rompa.

-A ver si cierras esa boca enorme que tienes.- murmuró cortando un buen trozo.

-¡No, no, Bill! Ni se te oc...- no pudo acabar la frase ya que el resto de las cosas que dijo no pudieron ser entendidas a causa de la cinta cerrando completamente su boca.- ¡AH!- gritó, empero Bill le ignoró abiertamente, ya que el sonido no era lo suficientemente alto como para alarmarse.

-Te ves más caliente con la cinta puesta.- se burló besándole por sobre la misma.

Le miró una fracción de segundo, y con cuidado se montó sobre su pelvis, quedando sentado a horcajadas sobre él, mirando sus asustadas orbes. Sonrió de lado, dejando ver un poco del Bill dulce inocente y tierno que en verdad era y besó la punta de la nariz de su gemelo a la vez que se levantaba un poco, quedando arrodillado aún a horcajadas sobre Tom.

Comenzó a morderle el cuello con suavidad, lamiéndoselo como si fuese un vampiro que va a alimentarse de su indefensa presa. Mientras que con una de sus manos, se dedicaba a jugar con su miembro, el cual, para suerte de Tom, comenzaba a endurecerse poco a poco. Sonrió y se dirigió a sus labios, cruelmente tapados por la cinta.

-Es una lástima. Adoro besarte...tienes unos labios tan suaves que me siento el más pecador de todos al tocarlos con los míos.- susurró lamiendo su mejilla antes de bajarse silenciosamente.

Quizás Tom aún no había recibido el castigo que él considerara adecuado. Pero aquella mirada...aquellos ojos avellanados que le miraban sensuales y provocadores, eran mucho más fuertes que él mismo. Haría y se dejaría hacer, lo que jamás había dejado a nadie.

Con movimientos ligeramente gatunos, a la par que abría las cadenas en torno a las extremidades de Tom, acariciaba su torso, el cual estaba mucho más relajado que antes.

-Es hora de divertirnos enserio Tomi.- sonrió acabando de liberarle, viéndole sentarse en la camilla, quitándose la cinta.

El moreno al principio, creyó que el de trenzas se iría sin más, pero no. Todo lo contrario. Arrugó la cinta entre sus dedos y la tiró al suelo, abriendo sus piernas y atrayéndole entre ellas a Bill, tomándole por la cintura. Una vez allí le miró unos segundos, antes de devorarle los labios en un salvaje beso, el cual se tornó algo violento, lastimando inconscientemente el interior de los labios de Bill, haciéndole perder un poco de sangre que se mezcló entre sus salivas, dándole un gusto metálico y particular al beso.

Tom le apretó contra su cuerpo, friccionando su desnudez contra el cuerpo de Bill, rodeándole por completo con sus brazos. Necesitaba tenerle de ese modo, necesitaba atarle contra sí para no perderle. Particularmente...quería follarse a Bill otra vez. La faceta de puta enloquecida que le estaba despertando sus deseos y fantasías más morbosas.

-Aliméntame.- susurró Bill contra los labios de Tom arañando levemente su pecho.

-Tus deseos...son ordenes.- jadeó lamiendo la pequeña herida de Bill, apoyando las manos en sus hombros.

Bill le miró de manera traviesa, mientras cedía ante la presión que ejercía Tom en sus hombros, hacia abajo. Se acuclilló frente al miembro de Tom, y antes de siquiera poder acomodarse, sintió como una de las manos del de trenzas se apoyaba en la parte de atrás de su cabeza, impulsándole hacia adelante. Le dio una prolongada lamida y sonrió abriendo su boca para rodear el miembro de Tom por el costado, sin metérselo en la boca, tan solo rozándolo con sus labios, dejando que el aliento cálido chocara contra la piel de su virilidad.

-¿Quieres que te alimente?.- jadeó Tom, observando desde una vista privilegiada como Bill introducía vorazmente el miembro en su boca.- Pues entonces...succiona y tendrás un alimento delicioso...- sonrió de lado, comenzando a mover la cabeza de Bill, para que su miembro entrase y saliera de la boca cálida de éste.

Su piercing jugó libre y a gusto con la masculinidad de su hermano, sobándole, lamiéndole y besándole. Tom no se guardaba ni un solo gemido, entregándose por completo al placer que los dulces labios de su hermano menor le brindaban. No era nada ordinario...Bill parecía tener un don innato para causarle unas lagunas mentales que le hacían poner los ojos en blanco. El solo hecho de sentir su aliento contra su glande, le producía los efectos más delirantes que jamás había sentido en su vida.

Quizás antes de lo esperado, sin siquiera llegar a disfrutar del todo del sabor salado que impregnaba su boca, Tom se vino de golpe sin previo aviso, obligándole prácticamente a tragar su esencia. Bueno...la palabra obligar sobraba...más bien lo sugirió y Bill lo hizo totalmente dispuesto.

-Quedé bastante satisfecho...- sonrió Bill subiendo otra vez hasta los labios de Tom, para compartir su semen aún cálido y presente en su boca, con la de él.- Pero ahora me toca a mí...- susurró con morbo

-¿A qué te refieres?- preguntó el de trenzas, acariciando el trasero de Bill, dándole suaves pellizcones sabiendo que le enloquecían.

-Me refiero. A que esta vez. Me toca...a mí.- repitió, y de un rápido y preciso movimiento, hizo caer a Tom de boca al suelo, sobre la negra alfombra que adornaba todo el piso. Tan fácil, como mover la camilla.

Con una rapidez gatuna, el moreno se arrodilló a su lado, y quitó las esposas que pendían de su cinturón, el cual contenía ciertos otros juguetes. Tiró de los brazos de Tom hacia sí y esposó sus muñecas con rapidez.

-¡Bill!- chilló, siendo engañado por su cuerpo, al dejar escapar un gemido.

-Sí, gime mi nombre, Tomi.- siseó inclinándose para besar su cuello, a la par que lo volteaba, para poder encontrarse con sus ojos.- Ambos vamos a disfrutar de esto, créeme. Además... ¿Prefieres que te la quite un don nadie o alguien que amas?- le citó al de trenzas en la noche en la cual le engañó haciéndole creer que tan solo había sido un sueño.

El de trenzas le miró sin mediar palabra, mordiéndose la lengua. Realmente no quería que Bill le metiera nada por el culo. Ni siquiera su propio miembro...le apetecía seguir siendo virgen analmente por el resto de su feliz vida. Pero habían situaciones, como aquella, que sin importar los nervios o el miedo, te excitaban quizás más de la cuenta, haciéndote perder la noción del tiempo y el espacio, queriendo solamente lo que vienes deseando hace, segundos, minutos, horas, días...

No contestó. Apretó los labios un poco y fue esbozando una sonrisa, cambiando la expresión sorprendida de sus ojos, por una de total y completo deseo. Admitía que se sentiría extraño estando debajo...pero...Bill en cuero con un látigo en la mano se le venía a la cabeza, y le hacía pensar en que se dejaría hacer cualquier cosa. Por más que luego se arrepintiera.

Bill sonrió ampliamente y se paró, dejando entre sus piernas a Tom, quien tan solo tenía las piernas libres, ya que sus brazos estaban atados detrás de su espalda. El moreno se inclinó todo su torso hacia abajo, acariciando sus propias piernas cubiertas por las medias de red y con toda la sensualidad que llevaba dentro, bajó el cierre de sus botas a la vez, haciendo que hasta el mismísimo zip del cierre generara una reacción sexual en Tom.

-¿Siempre has sido tan jodidamente sexy o es que no lo noté antes?- jadeó Tom mordiendo su labio inferior.

-No lo notaste antes...siempre tan ocupado tú...- rió de manera levemente sádica, despojándose de las botas, las cuales fueron a parar a alguno de los rincones oscuros de la habitación.

Tom sonrió de lado, respirando algo más agitadamente, sintiendo ya una excitación totalmente diferente a la que sentía siempre; cuando él dominaba la situación.

Bill le recorrió con sus adornados ojos negros el cuerpo a su gemelo y volvió a inclinarse para quitarse las medias. Una de ellas siguió el mismo camino que las botas, y otra, fue a parar a los dientes de Bill. Mordió uno de los extremos, y el otro aún lo sostenía en su mano, tirando de la misma. Soltó una sensual risita y pasó la yema de su dedo mayor del pie por el pecho de Tom, quien lo elevó de un jadeo y soltó un pequeño gemido.

-Te ves sexy estando debajo...no te ves menos masculino...- le susurró, volviendo a sentarse a horcajadas sobre él, para pasar la media detrás de su cuello, rozándola en un vaivén algo erótico junto con su cuerpo, provocando que Tom se sentara.- Tócame.- gimió en su oído.

El de trenzas pasó su nariz por una de las clavículas marcadas de Bill, subiendo hasta su cuello para besarlo y lamerlo, mientras que Bill se movía con lascivia sobre su pelvis. Lamió los lóbulos de sus orejas, y cuando sus labios se proponían apropiarse de los de su reflejo, éste se movió hacía atrás y arriba, dejándole sentado, con las ganas marcadas en su rostro.

El moreno rió divertido por lo bajo y ayudó a Tom a pararse. Éste lo hizo enseguida y se quedó quietecito, mientras Bill le rodeaba, caminando en círculos, esperando el momento exacto de atacar. Luego de algunas vueltas alrededor del de trenzas, el moreno se quedó parado frente a él.

-Tú.- le señaló y Tom no emitió sonido.- Boca.- agregó poniendo un dedo en los labios de Tom.- Aquí.- susurró señalando su cierre.- Y luego.- continuó.- Aquí.- siseó señalando su entrepierna.

Tom se relamió los labios. Se estaba dejando someter con demasiada facilidad... ¿pero a caso le quedaba opción? Prefería colaborar en el asunto...prefería dejar que Bill disfrutase, y él definitivamente guardaría en su memoria por siempre lo que se sentía no tener el control de la situación.

Se acercó al pecho de Bill, y depositando un beso un poco más debajo de su cuello, agarró entre sus dientes el pequeño metal del cierre que le permitiría bajarlo sin uso de las manos.

El moreno le miró atentamente, como a veces dejaba de bajar, solo para lamerle el pecho o morderle, lo cual se le hacía excesivamente erótico, hasta que llegó a la mitad de su entrepierna, donde el cierre terminaba. Tom ya se había arrodillado; por lo cual Bill movió sus brazos para sacarlos del entero de cuero, y luego deslizarlo por sus piernas, junto con su bóxer, quedando él igual de desnudo que su igual. Éste se mordió el labio inferior sintiendo su corazón latir desbocado. No era miedo, no, ya no lo tenía, se estaba dedicando a disfrutar. Pero sí eran nervios. Una gran sensación de nervios azotarle el cerebro.

Y para rematarla, el hecho de tener el miembro viril de Bill en sus narices, no le daba ninguna calma. ¿Se suponía que eso, iba a introducirse por su trasero? Vaya, no la iba a pasar muy bien el primer rato...cerró los ojos unos segundos, y sintió como Bill le acariciaba el rostro. Estaba acuclillado frente a él.

-Hazlo.- le ordenó con tono dulce.- Ahora.- agregó.

-No me apetece Bill.- confesó

-No lo hagas más difícil Tom, y tampoco te pongas en posición de víctima, porque no eres ninguna víctima.- aseguró besándole la mejilla con un leve dejo de frialdad, volviendo a pararse para tomarlo por las trenzas, instándole a que comenzara.

-¿Esto lo haces por venganza, cierto?- dijo aún de rodillas, con tono firme y autoritario.- Pues si lo haces por eso, eres patético.

-¡Soy muy patético Tom!-dijo dramáticamente.- Pero eres tú el que tiene mi pene en su cara, y eres tú el que tiene las manos tras la espalda. Así que, ¡comienza de una vez!.- le ordenó

Tom frunció el ceño con enojo, y apretó la mandíbula con fiereza. Vale, sí, estaba totalmente entregado. Ladeó el rostro, y sintió como Bill golpeaba su mejilla reiteradas veces con su glande, lo cual le hizo estremeceserse. Volvió a mirarle con desafío y movió el miembro de Bill con su boca, para introducirlo de un momento a otro, provocando una mueca de sorpresa en el rostro del menor, sobre todo al sentir aquellas dos bolitas rozarse contra la estirada piel de su virilidad, deseosa de recorrer nuevos horizontes. Y el primer nuevo horizonte, sería la boca de Tom. El otro, su inocente y sonrosada estrechez.

-Así es Tom, así es.- siseó acariciando su cabeza, como si fuese un perro el cual había hecho bien su trabajo.

Éste soltó un gruñido de desagrado por su actitud, y continuó con su labor, sintiendo las uñas de Bill clavarse en su espalda, y quisiera o no, aquello le motivaba a continuar. Le gustaba sentir aquellos largos dedos adornados de esas extravagantes uñas, clavarse en la carne de su espalda, haciéndole enfebrecerle de placer. Sin dejar de de succionar y lamer, sacó el miembro de Bill de entre sus labios, para lamer el interior de sus muslos, y atrapar entre sus labios los ligeramente hinchados y endurecidos testículos.

-¡Tom!- gimió Bill totalmente sorprendido, sintiendo que le temblaban las piernas del placer.

El aludido no pudo evitar sonreír de lado sin dejar de estimular a Bill. Una vez que se decidió a volver con su miembro, el moreno le detuvo, arrodillándose frente a él, comiéndole con suavidad los labios, aferrándose a su cuello, dejando que Tom dominara la situación por unos momentos.

Aún con el cuello de Tom entre sus brazos, se recostó en la alfombra, ayudándole a él a que se recostara sobre él, ambos friccionando su desnudez el uno con el otro. El sexo humedecido por la saliva del de trenzas, de Bill, se rozaba contra el duro y seco de Tom, como si éste le estuviese embistiendo a la par que le besaba.

Retozaron sobre la alfombra queriendo hacerse uno, con dificultad a causa de los brazos tras la espalda de Tom, hasta que Bill quedó encima. Éste sonrió ampliamente y acarició el miembro otra vez erecto de su gemelo, con la yema de su dedo índice. El de trenzas se estremeció y notó como Bill se estiraba sobre él para tomar entre sus manos una bolita mediana que estaba enganchada a una especie de silicona elastisada. Abrió un poco más los ojos y sintió como su gemelo le levantaba la cabeza para pasar la silicona tras de su nuca. Se asustó al sentir la bolita plástica en su boca, que le impedía de cierto modo tragar y respirar.

-Quiero que te esfuerces especialmente en gemir. Quiero oírte Tomi, y con eso en la boca no puedo. Quiero que disfrutes...- susurró el moreno arrodillándose entre las piernas de Tom, quien miró a todos lados con los ojos desorbitados.

Bill le miró unos segundos, y depositó un beso en su pecho, antes de abrirle las piernas quizás exageradamente.

Se humedeció lo suficiente los dedos, para luego palpar la entrada de Tom con cuidado. Sabía que dolía, y por ende no quería que Tom sufriera, le...le amaba demasiado como para dejarse dominar por la frustración de los encuentros clandestinos durante muchas noches, las cuales creyó que tan solo eran sueños.

Tom chilló y movió su pelvis hacia arriba, cerrando las piernas de golpe ante la sorpresa, lo cual hizo que Bill se molestara y apretara con fuerza la base de su miembro.

-¡Que te quedes quieto que te vas a hacer daño jodido!- rugió, haciendo que a Tom se le llenaran los ojos de lágrimas de la agresión infringida en su virilidad.

Éste obedeció y cerró los ojos aguantándose las lágrimas, eso de verdad le había dolido, inclusive más que los dos latigazos. Exhaló por la nariz y volvió a abrir las piernas, sintiendo de nuevo los dedos de Bill palparle con delicadeza. Apretó la mandíbula, ¿cuántas veces lo había hecho durante aquella eterna noche?

Poco a poco fue sintiendo como los dedos de Bill marcaban su territorio al colarse sin vergüenza o timidez dentro de su trasero. La sensación que tuvo fue de extremo dolor. Y esos eran solo los dedos...

Bill estaba especialmente concentrado en no dañarle y estaba más que seguro de que aquella ternura que estaba poniéndole al asunto, le estaba quitando todo lo especial que había querido que fuera la situación; tan diferente a las que solía tener con los estúpidos de sus clientes, los cuales se quedaban satisfechos con hacerle una mamada, y ser azotados. Mediocres.

-Tendré cuidado.- suspiró anonadado por el rostro tan sumiso que tenía Tom en aquel instante, como con miedo de ser azotado otra vez o algo por el estilo.-No me mires con esos ojos, no vas a follarme hoy.- el de trenzas enarcó una ceja sugestivamente.- Sí, otro día sí, pero hoy me toca a mí. Y así estamos a mano.- dijo entendiéndole. Tom sonrió como pudo y se movió un poco para que Bill comenzara.

El moreno sonrió ampliamente al ver que por una vez las cosas salían realmente como él quería que fueran. Quitó sus dedos con suavidad y se arrodilló mejor en la alfombra, agarrando en sus manos, los tobillos de Tom, para mantenerle las piernas separadas. Inhaló y puede que con algo de nerviosismo, colocó su miembro, comenzando a entrar muy despacio.

¡OH POR DIOS!

Bill miró la cara de Tom, y al verlo visco se preocupó un poco, abriendo los ojos de par en par.

-¿Estás bien?- susurró soltando sus talones, para tomar el rostro del de trenzas entre sus manos.- ¿Tom...?- dijo algo asustado.- Tom esto no es gracioso.- estuvo a punto de lloriquear, en el momento en que sintió las piernas de Tom cerrarse en torno a su cadera con fuerza, obligándole a terminar de entrar.- ¡Arrgh!- rugió entre placer y sorpresa.

Tom puso los ojos en blanco y se movió un poco. Vale, eso dolía como la putísima madre, pero era de esos placeres, que no son placeres sino duelen.

-¡Jodido!- chilló Bill quedándose rojo al sentir su miembro rodeado de la extrema calidez y estrechez de Tom.

Éste dijo algo totalmente inentendible y Bill solo pudo reír. Se había preocupado de verdad, y Tom...como siempre se había reído en sus narices. Suspiró y volvió a tomar los tobillos de Tom entre sus manos, para separarle las piernas. Inhaló otra vez profundamente y comenzó a moverse con cuidado dentro de su gemelo, quien cerró fuerte los ojos en cuanto sintió como Bill tocaba su interior.

Paulatinamente Bill fue sintiendo como el ambiente de la alcoba se llenaba de gemidos. Pero eran sus gemidos...no estaba lo suficientemente excitado como para continuar, sino lograba escuchar a Tom, quien solo tenía los ojos en blanco, como una puta que está disfrutando demasiado. Se inclinó y le arrancó algo agresivamente lo que vendría a ser el bozal, y como si eso hubiese destapado algo importante, una cantidad indiscriminada de gemidos comenzaron a salir de los labios del...tan masculino Tom.

-Ok, esto no me lo esperaba.- admitió Bill aún algo helado por lo que sus ojos veían y oían.

-¡¿Puedes cerrar el pico y joderme de una puta vez?!- le exigió Tom, haciendo que una morbosa sonrisa se formara en los labios de Bill.

El moreno no se hizo de rogar, y continuó embistiendo, sintiendo como su abdomen se contraía al entrar y salir de Tom. Ambos jadeaban y gemían en diferentes tonos. Cada algunos minutos a Tom se le escapaban unos agudos de soprano...Bill tenía que morderse el labio para no reír. Definitivamente, amaba a Tom, y era de esos tipos que eran fuertes, duros, y tan...machos. Y de repente los tenías en la cama y eran un flan.

-Tom...- gimió Bill

-¡Ah sí, soy yo!- gritó aferrándose a la alfombra

-Dime que me amas.- jadeó mirándole a los ojos, notando que ambos estaban sudando a chorros a causa del calor que había en la habitación, y lo peluda de la alfombra.

-Te amo.- gimió

-¡Quiero que lo grites!-rugió Bill, embistiendo con profundidad y rapidez, sintiendo el ruido que ocasionaban sus cuerpos al chocarse.

-¡Arrg! ¡TE AMO!- gritó Tom viniéndose sobre su abdomen, mientras Bill aún embestía.

-Que perra...tan manejable eres...- jadeó Bill estando en las últimas.

-Sí...lo soy si quieres que lo sea.- suspiró Tom, sintiendo como su cuerpo se movía al compás de las embestidas de Bill

-No te pongas cursi. Solo te he ordenado que gritaras que me amas para dejar claro que el que mando aquí, ¡soy yo!.-masculló corriéndose dentro de Tom, tumbándose sobre el pecho de él.- Mentiras mías. Te adoro...pero...solo eso.

-Yo...yo, también te adoro...el cursi...eres tú y joder tu peso más mi peso me están matando los brazos...- se quejó

-Oh cierto- recordó Bill saliendo de encima de Tom, volteándolo levemente.

Se levantó del piso y comenzó a buscar en el traje, las llaves de las esposas. Frunció el ceño y las buscó en el cinturón...¿dónde estaban? Miró a Tom de reojo y una sensación de pánico le recorrió la espina dorsal. Se agachó y buscó el diminuto objeto entre los pelitos de la alfombra.

-Dime por Dios que solo estas jugando y que sabes en donde está la llave.- murmuró Tom parándose detrás de él

-Yo...ay no sé donde quedó.-confesó haciendo una mueca de espanto

-¡BILL!- gritó
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romib_kaulitz01

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MensajeTema: Re: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitimeDom Abr 04, 2010 1:58 am

OMG! chachii esta demaaasss!!!
a Bill le va genial lo sado eh!!!
jajja!!! zarpado esta, me gusto mucho!!!
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pain-of-love

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MensajeTema: Re: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitimeDom Abr 04, 2010 10:28 pm

wowwww muyy muy buenoo
esta geniall!!

subi otro capi xfa q kiero saber q paso con la llave

Smile
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MensajeTema: Re: Like a Virgin: Touched, for the very first time   Like a Virgin: Touched, for the very first time Icon_minitime

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