Tokio Hotel Uruguay
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 Incienso

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Raquelín

Raquelín


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MensajeTema: Incienso   Incienso Icon_minitimeLun Abr 19, 2010 3:49 pm

Incienso Inciensobyquel
by beverly

Spoiler:
Gracias a las tres I love you




INCIENSO



Protegido contra el plagio en Safe Creative


Resumen: Bill cuenta una historia desde la azotea de un hotel. Diserta consigo mismo a cerca de mil problemas relacionados con su pasado, con su presente y con su futuro hasta que todo se teje en una trama complicada de amor prohibido, drama y tragedia.
Advertencias: Sexo / Billshido / vocabulario fuerte.
Género: tragedia
Clasificación: +18
Publicado: 26.01.10
Actualizado: 16.04.10

Utilizaré citas y conversaciones de otras obras, como libros, películas o series de televisión. Cuando lo haga (si no es que se me olvida por completo, en cuyo caso, lo siento) lo marcaré con un asterico y pondré al final de dónde lo he sacado.
Os advierto que no sé cuánto tardaré en colgar, porque tengo más proyectos enmarcha, y mi prioridad es otro fic, no este. Así que tendréis que esperar un poco entre capítulo y capítulo, pero espero que valga la pena.

Dicho esto, aquí va. Si lees, comenta, por favor. No estoy todo un mes currándome un capítulo para que no desperdicies un mísero minuto en poner "me gusta, continúalo" ¬¬.
Se aceptan críticas, ya sabéis



Capítulo 1


La vida no es justa. ¿No te lo han dicho nunca? No es justa. Ni la vida, ni la muerte. Yo me compro camisetas de cuatrocientos euros, y un niño muere de hambre cada tres segundos. Yo me baño todas las mañanas con la cantidad de agua que un poblado necesita para beber. La vida no es justa.

Shhh, calla. ¿Oyes eso? Espera, no digas nada. Contén la respiración unos segundos. Ah, ¿lo has oído? Es un ruido extraño y rítmico. Pero si no guardas silencio, no lo oirás. Ahora es un poco más rápido. Ven, pega la oreja a la pared. Pon la mano aquí, justo debajo de ese cuadro hortera de la flor. ¿Lo sientes? La vibración que captan tus dedos va a la par con los sonidos, ¿a que sí? No te preocupes. Va a terminar en seguida. Que sí, ya verás. Sólo quedan unos segundos. Lo sé porque el ruido es algo más fuerte, tú también lo has notado, ¿no? Es imposible no haberlo notado. Ya está. Ya se ha acabado. Te lo dije, ya soy un experto. ¿Sabes lo que era eso? Era mi novia tirándose a mi hermano. No es que me moleste demasiado, claro, sólo lo decía como dato.

Nota para evitarme posteriores aclaraciones: Jannette tiene unas tetas enormes.

Te diré que esto que acabas de presenciar no es nada nuevo. Tengo una lista mental muy precisa en la que hago medias aritméticas de cuánto tardan. Según mis cálculos, Jannette –oculta detrás de sus tetas– tiene que entrar en mi habitación en tres… dos…uno… Clack. Eso ha sido Jannette accionando el cerrojo de la puerta con la tarjeta de plástico cutre.

Alguien me dijo la semana pasada que, en una película, una chica se ponía implantes, pero en lugar de silicona le metieron unos gusanos que salían de los pezones y se cargaban a la gente. No he dejado de sentime incómodo cada vez que me la tiro desde entonces. Prefiero que me la chupe, es menos probable que los gusanos me devoren la cara. Podría pedírselo ahora mientras se acuesta pensando que estoy dormido, pero eso no le gusta. Si se lo pido yo, entonces soy malo. Si se lo pide Tom, es que él es así. Tócate los cojones.

Como ya te he dicho antes, que Jannette se tire a mi hermano no me quita el sueño. Más bien me resulta del todo indiferente. Tengo que admitir que la primera vez que los escuché, así como hoy, me llevé un disgusto. Estaba más que enfadado, por lo que decidí salir a que me diera el aire antes que echar la puerta abajo de una patada y matarlos a los dos. Ya veo los titulares. Bill Kaulitz se rompe una uña mientras masacra a su hermano y a su novia con un abrecartas. Más de una lloraría, seguro. Y más de una se imaginaría que estaba celoso porque Jannette se tiraba a Tom, y no yo.

Voy a hacer un breve inciso. Tom y yo no estamos liados. Nunca lo hemos estado. Me repugna pensarlo. No lo digo por nada, de verdad. Pero ahí lo dejo. No me vuelvas a preguntar por ello.

Bien, siguiendo la historia, después de escuchar los inconfundibles gemidos de mi novia, salí a la calle. Hacía una buena noche, con la luna llena brillando sin ninguna nube alrededor. Estábamos en un hotel del centro de a saber qué ciudad, y acababan de darnos unos premios, ni siquiera recuerdo cuáles. Mientras yo salía, me encontré en el hall con ese rapero prepotente. Al parecer se hospedaba en el mismo hotel que nosotros. Ya lo había visto en la entrega de premios, pero no imaginé que en un hotel de lujo dejasen entrar a esa clase de gente. Eché un vistazo rápido para asegurarme de que no había fans en la puerta, y traté de omitir por completo al rapero mientras salía y hablaba con los de seguridad para que me dejasen salir tranquilo. Nada más respiré el aire contaminado de Berlín- cierto, era Berlín- saqué un cigarro del bolsillo de la chaqueta y le di una calada con ansia.

-Te noto algo alterado- escuché una voz grave tras de mí. Mierda, Bushido.
-¿Por qué no te metes un dedo en el culo y bombeas?- me abroché la cazadora y di por terminada la conversación echándome a andar. Pero él no pareció captar mis sutilezas.

Noté cómo su figura me daba alcance y luego se amoldaba a mi paso. Olía bien, conocía esa colonia. One Million. Me recordó que tenía que llamar a Mat Gordon la próxima vez que fuera a Estados Unidos. Una de las ventajas de tirarse a un modelo, es que él no espera más de ti de lo que tú esperas de él. Y créeme, no puedes esperar demasiado de alguien que sale chasqueando los dedos en un anuncio de televisión. Agradece mi consejo, es de los buenos. Nunca digo las cosas porque sí. La colonia mezclada con su olor corporal me resultaba atrayente. Era un tipo bastante sexy, pese a que intentaba esquivar ese pensamiento con todas mis fuerzas. Bushido no podía parecerle sexy a Bill Kaulitz. A Bill Kaulitz le parece sexy Jonathan Rhys Meyers, no Bushido. Bueno, las tetas de Jannette no están mal. Aunque eso ya lo he dicho, creo.

Ahora, acordándome de aquello, me ha entrado la risa. Lo estoy intentando, de verdad que intento que no se despierte. Por Dios, que no se despierte. Oh, vale, despiértate, si lo que quieres es hacerme una paja. Creo que esta chica tiene un grave problema con su sexualidad. Tengo una teoría al respecto. Si aparta los dedos de ahí, te la cuento. Vale, será mejor que te vayas. Vuelve de aquí a un rato.


. . . .


-¿Te pasa algo?- preguntó el rapero.
-Nada en absoluto.
-Nadie lo diría- alzó las cejas y lo miró tratando de imitar una sonrisa inocente.
-En serio, no quiero hablar con nadie, y menos contigo. Lárgate- espetó el joven.
-Vamos, Bill. Soy un buen tío, sé escuchar- insistió.
-¿Qué interés tienes en escucharme?
-No tengo otra cosa que hacer- se encogió de hombros en un gesto resuelto-. Vamos a tomarnos una copa.
-Métete la copa por el culo.
-Sólo estoy intentado ser amable- se defendió.
-Mira, estoy cansado, ¿vale? ¿Por qué no te largas?
-No seas así. Venga, sólo una copa.

El joven alemán se encogió los hombros, cansado de su insistencia. Suspiró mientras lo hacía para darle a entender lo cargante que le resultaba, pero aun así se preguntaba qué se le había pasado por la cabeza.

Caminaron en silencio, buscando un lugar donde pasar el rato. Era sábado por la noche, no era de extrañar que hubiera algo decente por el centro de la ciudad alemana. De vez en cuando, Bill echaba miradas sospechosas sobre su acompañante, cargadas de inseguridad y desconfianza.

-¿Cuál es tu nombre real?- rompió el silencio. El rapero le miró con la pregunta escrita en los ojos-. Ya sabes, con apellidos y eso.
-Ah… eh… Anis Mohamed Youssef Ferchichi- recitó con voz grave.
-… ¿qué?

Bushido reprimió un gruñido. No le gustaba demasiado que se burlasen de su nombre.

-¿Ferchichi? ¿En serio?- inquirió Bill con una voz graciosa. El mayor no pudo evitar sonreír de lado.
-¿Qué le pasa a mi nombre?
-No, nada. Sólo que… Ferchichi- volvió a pronunciar con su peculiar acento sin darse cuenta. Bushido volvió a sonreír. Le gustaba escucharle hablar. Sólo esperaba que no fuese de los que soltaban verborreas insufribles.

Se sorprendió al escuchar la melodiosa risa del cantante, fresca y auténtica, como él. Le pareció volver a escucharle repetir su apellido una vez más mientras empujaba la pesada puerta de un pub oscuro y se reía en voz baja.

No era el lugar más agradable de toda la ciudad, pero era oscuro, perfecto para que nadie les reconociera. Bushido fue a pedir un par de vodkas y volvió con las copas en la mano al sofá donde Bill se había acomodado, al fondo del local. El hombre se sentó a su lado, resoplando y echando la cabeza hacia atrás, de forma que Bill tuvo una fantástica vista de su nuez. Demasiado atrayente. Apartó la mirada y se centró en reprimir un escalofrío cuando el ardiente alcohol bajó por su garganta, abrasándola.

-¿Y bien?- preguntó Bushido rompiendo el silencio-. ¿Qué es lo que ocupa la mente del cantante de Tokio Hotel?- pareció decir el nombre del grupo con burla, por lo que el chico se vio obligado a contenerse y no tirarle la bebida por encima.
-Mi hermano se está tirando a mi novia- resolvió sin más, sin ganas de discutir. Estaba cansado.
-Pues qué putada- el rapero frunció los labios y asintió varias veces con la cabeza, quedándose después en silencio.
-¿Eso es todo lo que tienes que decir?
-¿Qué quieres que diga? Te irritas con cualquier cosa que digo.
-Quizás sea porque eres irritante- dijo Bill con voz de entusiasmo, aunque el rapero captó el sarcasmo.
-¿Sabes? Creo que piensas demasiado. Creo que si te pusieras a escribir, podrías sacar una buena canción de todo esto- sugirió omitiendo el claro mensaje del chico de que debía cerrar la boca si quería ganar puntos.
-Ya lo había pensado antes, pero mi mente es una jungla salvaje- murmuró. Puede que su organismo no estuviera acostumbrado al vodka.
-¿Sí? ¿Por qué?- se interesó sonriendo. Pegó un largo trago de su bebida, terminándosela.
-Mi cerebro está lleno de tonterías sin fin.
-¿Tonterías? Tío, tu hermano se está tirando a tu novia, no estás para tonterías- soltó un par de carcajadas que contagiaron al joven.
-¡Lo sé! Pero mi cabeza no lo asimila. Hace un rato, mientras cogía la chaqueta para salir, me he dicho: quiero escribir una canción. ¿Por qué no lo consigo? Vaya, llevo el cinturón rojo, ojala llevase el blanco, pero está en Hamburgo- Bushido alzó una ceja, incrédulo-. Casablanca. Casablanca es una película maravillosa. ¿La Casa Blanca? Bush, ¿Por qué no tengo un híbrido? Debería tener un híbrido. Debería ir al estudio en bici. Bici, bicicleta, monociclo, monóxido. Disco de hockey. Serpiente de cascabel. Mono, mono, lencería.
-¿Hockey, cascabel, mono, mono, lencería?- acto seguido, rompió a reír.
-Es lo quería decir. Está lleno de cosas raras*- definitivamente, a Bill estaba empezando a afectarle esa copa. Y Anis lo sabía, por eso pidió otra.

El joven se rió con el buen humor que le transmitía Bushido. Igual no era mal tipo, después de todo. Quizás darle una oportunidad no era mala idea del todo.

. . . .

Lo siento, he tenido que subir a la terraza del hotel para alejarme de ella. Tenía pensado contarte mi teoría a cerca de la sexualidad de Jannette, pero la he olvidado por completo. Creo que tenía algo que ver con un complot del gobierno, pero no consigo recordarlo. Es igual, tampoco es importante.

Me siento extraño. Me toco el pecho, y sigo siendo yo. Mi pelo, mis manos, mi tripa, mis labios. Soy yo. Pero hay algo que no está bien. Hay algo en mi cabeza que sabe que algo no va como debería, pero mi consciente se niega a asimilarlo del todo. Mira, aquí está. Maldito subconsciente. ¿Ves cómo me tiemblan las manos? ¿Has visto? Toca aquí. ¿Lo notas? ¿Notas cómo late mi corazón? Va muy deprisa. Estoy llorando. Estoy llorando, y mi mente está totalmente bloqueada. ¿Por qué no soy capaz de reprimirlo? Espera. Creo que ya lo he asimilado.

Te podría hacer esperar y desvelar el misterio al final, ¿verdad? Sé que lo único que esperas leer aquí son escenas subidas de tono, y probablemente te importe menos que nada la historia que hay detrás. Si estoy en lo cierto, será mejor que dejes de escucharme. En serio, no voy a complacerte contándote lo maravilloso de una relación de sexo sin compromiso. Lárgate, no te va a interesar.

Esta historia te la cuento a ti. Tú, que sigues escuchando. Tú, que te has interesado por mi historia. A ti, y sólo a ti, voy a decirte una cosa. Esto no tiene un final feliz. No habrá un “vivieron felices y comieron perdices”. Principalmente, porque Anis no come perdices. Ni yo tampoco, para serte sincero. No me gustan.

No voy a hacer que te muerdas las uñas esperando al siguiente capítulo, ni siquiera que hagas estimaciones a cerca de qué ocurrirá. No quiero. Sólo quiero que escuches. Y me da igual contarte el final, porque no me interesa en absoluto si lo sabes o no. El final no es importante. Cuando rompes una relación, no la recuerdas por el final que tuvo. Recuerdas buenos y malos momentos, recuerdas ese primer beso, las primeras palabras, las risas, los llantos, aquel regalo envuelto en papel de periódico. Eso es lo que cuenta. ¿Quiere decir esto que no me importe lo que le ha pasado a Anis? No seas retorcido. Me importa. Aunque sería más agradable poder olvidar. Las tragedias no sólo te parten el corazón. Las tragedias te ayudan a seguir adelante, te hacen más fuerte. ¿Quieres saber cómo he llegado a esto? En ese caso tendrás que esperar. No sé cuánto. Un día, una semana, un mes. No lo sé. Pero si vales la pena, sé que seguirás esperando.

Como ya he dicho antes, la vida no es justa. Yo me compro camisetas de cuatrocientos euros, y un niño muere de hambre cada tres segundos. Yo me baño todas las mañanas con la cantidad de agua que un poblado necesita para beber. Mi hermano se tira a mi novia, y yo a su rapero favorito. Mi hermano sigue tirándose a mi novia, y mi rapero ya no está. ¿Injusto? Eso lo voy a dejar en tus manos. Tú decides.


---

*Las Chicas Gilmore. No sé el capítulo, lo siento :(
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>Mari<

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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitimeLun Abr 19, 2010 5:58 pm

esta muy bueno!!!
me re gusto, es gracioso!!!
voy a comentar cada vez q lea!!!
sigo siendo tu fan numero 1!!!
jajaja!!
küssitos!!
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Caperuci




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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitimeMar Abr 20, 2010 6:49 pm

escribis de maravilla quel, ya te lo he dicho.
un besote, y te sigo leyendo... siempre Very Happy
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sexmittom
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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitimeDom Mayo 02, 2010 5:38 pm

Es que mi putifun es lo mejor Cool
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Raquelín

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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitimeMiér Mayo 05, 2010 4:56 am

Capítulo 2

Antes de seguir hablando contigo, prefiero fumarme tranquilamente un cigarro. De pequeño no me gustaba el olor del tabaco. Mi madre fumaba bastante, y se llenaba la casa de ese horrible olor chamuscado. Incluso hacía que me picase la garganta. La puerta de mi cuarto estaba siempre abierta, no me gustaba tenerla cerrada. El problema es que mi madre tenía su despacho justo delante, y el humo entraba en mi habitación como si lo hiciera con vicio. ¿Conoces esas tiendas oscuras y con un montón de duendes siniestros mirándote? Había una cerca de mi casa. Jamás se me ocurriría entrar allí, pero un día decidí echarle un vistazo. Desde la puerta percibí un olor dulce. Lo reconocí al instante, era incienso. Me recreé en el olor lo suficiente como para querer comprarme una caja de varillas y probarlo en casa. Nada más llegar, supe que tendría que haber comprado ese aparatito que parece un calzador para sujetar las varillas. Tampoco me sofoqué demasiado. Cogí un trozo de plastilina y la puse en un plato. Pinché el palito allí y lo encendí. El olor del incienso de vainilla llenó la habitación, destruyendo el del tabaco. Esa clase de cosas las descubres por casualidad, y sólo con el tiempo te das cuenta y sabes apreciarlas. Descubrí que, dependiendo de mi estado de ánimo, me apetecía ese olor o aquel otro. Puede parecer extraño, pero mi mente empezó a asociar olores a situaciones determinadas. Me gustaba el olor de la vainilla para situaciones tranquilas, me recordaba a esos momentos con mi hermano tocando la guitarra, escribiendo canciones o simplemente hablando. El eucalipto era lo opuesto. Estaba alterado cuando lo encendía y, aunque ayudaba a calmarme, tenía ese regusto amargo del mal humor. De hecho, el olor del eucalipto me ponía de mal humor.

Supongo que no te interesa en absoluto toda esta retahíla de incoherencias a cerca del incienso, pero supuse que quizás querrías conocer el porqué de ese título. No soy de esa clase de personas que pone títulos absurdos a las cosas. Si lleva ese nombre, es por algo. No soy un caprichoso. Así que ahí lo tienes. Incienso. Cuando empecé a ver más a Anis, no dejaba de meterse conmigo – te lo he dejado a huevo, venga, haz un juego de palabras, no serías el único – a cerca de todas mis historias con el incienso. Decía que estaba como una regadera. Pero la primera vez que me llevó a su casa, ahí estaba. Un triángulo humeante sobre un precioso plato de porcelana que desprendía el relajante aroma del Nag Champa. Ese aroma siempre me recordaba a él. A veces, cuando me siento a pensar en él en el coche, o en el avión, o donde sea, me parece sentir el dulce olor impregnado en el sofá de su salón, en las cortinas blancas ondeando con el viento, en su ropa. Para mí, Nag Champa era Anis. Jamás compré esas varillas. Era su olor, y le pertenecía. Mi habitación no puede oler a él. Mi habitación huele a vainilla.

. . . .

-No sabía que te gustase el incienso- comentó el moreno con emoción-. Mmm… me encanta ese olor- se acercó a la mesita del comedor con precaución y olisqueó con fascinación-. Tienes un gusto perfecto para decorar casas.

Miró a su alrededor y se fijó especialmente en el sofá de cuero oscuro, en las lámparas redondas que colgaban del techo, suspendidas a pocos centímetros de su trabajado peinado. En la alfombra de colores claros. Bebió de todo lo que tenía a su alrededor, imaginándose a Anis en aquel ambiente, mirando su increíble televisión de plasma, cenando sus sopas extrañas con tropezones. Lo conocía demasiado. Al fondo de la estancia atisbó una mesa robusta, con cubiertos para dos personas. Y sin velas. Sonrió. A Anis no le gustaban las velas.

Su corazón se aceleró con el roce de unos labios contra su níveo cuello. Bushido le rodeó el torso con cuidado, temiendo romper a su acompañante.

-He hecho la cena, ¿sabes?
-Ah… ¿Hamburguesas?- preguntó Bill dándose la vuelta entre sus brazos y encarándolo.
-No.
-¿Pizza?
-Casi.
-Oh, no- se mordió un labio.
-¿Qué?
-Has preparado una de esas cosas raras tuyas- murmuró asustado. A Bill no le entusiasmaban las extravagancias de Anis a la hora de la cocina.
-No son cosas raras- se rió.
-Cosas turcas.
-Las cosas turcas no son raras. Eres un caprichoso. Ven siéntate.

Ambos se acercaron a la mesa, y Anis apartó una silla para que Bill se sentara, quien rodó los ojos. Tanta caballerosidad no era muy propia de Bushido. Aprovechó que el otro se alejaba camino de la cocina para fijarse más en el decorado. Le dio tiempo a reírse de una planta de plástico con aspecto bastante realista, a ojear desde lejos su colección de libros y CD’s de todo tipo. Ahora sí le parecía difícil imaginarse a Anis sentado en la butaca más cercana a la ventana con un libro entre las manos y una taza de té con leche humeante en la mesita de al lado.

Se escucharon unas exclamaciones desde la cocina, pero Bill no le hizo demasiado caso. A las exclamaciones en un principio inocentes les siguieron amenazas y maldiciones contra algún aparato de cocina. Cuando vio aparecer a Anis con la bandeja llevando algo que no alcanzó a ver no pudo reprimir una sonrisa.

Lo dejó sobre la mesa, con cuidado de que no se le cayera nada. Le sonrió orgulloso, tratando de que Bill le correspondiera, pero éste estaba absorto inspeccionando la comida. En un primer momento, el olor de aquello eclipsaba al del incienso y no le gustó demasiado. Pero luego le agradó.

-¿Qué es?- reclamó la atención del rapero desde la mesa, alzando levemente la voz.
-Es pizza turca- contestó el otro con un par de platos más en las manos-. Le llamamos Lahmacun.
-Pensé que los turcos sólo cocinaban kebab.
-No voy a hacer ningún chiste fácil a cerca de salchichas alemanas, si es lo que pretendes- Bill soltó una risotada y se sirvió un trozo de pizza.
-¿Y esto?- señaló una pasta blanca.
-Es una salsa de yogurt. ¿Vas a ponerle caras raras a todo?- se molestó el rapero en broma.
-No pongo caras raras… son caras de sorpresa.
-¿Estás sorprendido?- inquirió con media sonrisa en la cara.
-Nunca había visto una planta de plástico tan real, eso es todo- comentó llevándose un trozo de pizza a la boca.
-Es que no es de plástico.
-No hago más que sorprenderme.


. . . .

Creo que hace un rato te has llevado una impresión equivocada de Jannette. No es que no sea una cabrona por acostarse con mi hermano, claro. Pero supongo que cuando llevas semanas y meses luchando por una relación y la otra persona no hace nada por arreglar las cosas, acabas desistiendo. No es mala persona, de verdad. Tiene buen corazón, sólo que se deja llevar demasiado por el impulso sexual. Igual es por eso por lo que se lleva tan bien con Tom, se parecen bastante. Además, él está loco por ella. Sí, sorpréndete. Pocas veces la habrá mirado a la cara, pero parece ser que le gusta de verdad. Después de tantos años luchando por que Tom creyese en el amor verdadero, tiene que encontrarlo con mi novia. Le hubiese dado una paliza de no haber sido mi gemelo, de eso puedes estar seguro.

Otra cosa, no soy ningún calzonazos. Por si se te había pasado por la cabeza. No lo soy.

¿Te importa que me fume otro cigarro? No te molesta el humo, ¿no? De todas formas, estamos al aire libre, y el viento sopla algo fuerte ahora. Si te colocas a este lado no te llegará el humo. Me he comprado este paquete de tabaco esta misma mañana. Cuesta lo mismo que el normal, pero es más largo y delgado. Pega más con mi personalidad, aunque Jannette se ha burlado en la comida – ¿Te importaría dejar de sacar las cosas de contexto, por favor? – y me ha dicho que son cigarros de puta. Siempre tiene el comentario acertado para cada momento.

. . . .

El chico moreno se frotó las manos con nerviosismo, esperando impaciente a que el otro dejara de pasearse por el cuarto murmurando cosas inteligibles. De vez en cuando, uno de los dos abría la boca para decir algo, pero luego la volvía a cerrar, frunciendo el ceño, contrariado.

-Tom…- masculló el primero.
-No, espera. Todavía lo estoy procesando- se frotó el puente de la nariz y después alzó los hombros en un gesto de incomprensión-. Bill, ¿en qué estás pensando? Estás loco. ¿Cuántos años te saca? ¿Veinte?
-En realidad, sólo diez.
-Estas como una cabra. Tienes novia, por el amor de Dios.
-Como si eso te importara- desafió.

. . . .

No he podido evitar reír entre dientes al recordar la reacción de Tom cuando se enteró de lo mío con Anis. No fue nada espectacular, como te estás imaginando. No es que nos pillara en la cama, o comiendo perdices – no, espera, habíamos quedado que nada de perdices – o cualquier cosa de esas. Simplemente, olvidé borrar un par de mails Si te consuela, te diré que eran subidos de tono. ¿Eso lo hace todo más emocionante? Bien, pues mi hermano, quien ya sospechaba de algo, decidió husmear por su cuenta. Y tanto que husmeó.

Alguien está subiendo las escaleras hacia la terraza, ¿escuchas las pisadas sobre la escalera metálica? Seguro que es Tom. Sabe dónde buscarme, me conoce demasiado bien. Voy a tirar el cigarro, porque si no, se pondrá furioso. ¿Lo ves? Te lo he dicho. Haz como si no te hubiera contado nada. Oh, Tom. No me mires así. Mierda, no.

¿Sabes esa sensación que te sacude por dentro? Esa que hace que te pese el estómago como si tuvieses un yunque, que hace que los ojos se te llenen de lágrimas, que no puedes evitarlo. Esa sensación que recorre tus venas, alcanzando cada poro de tu piel, esmerándose en llegar al cerebro y asegurándose de que no vuelves a ser feliz. Que no te da ni un respiro. Que te deshace por dentro. Como una rosa blanca bañada en agua con tinta negra, poco a poco todo tu interior se torna oscuro, un abismo del que no logras escapar pese a que la salida está justo delante. Y, brillando sólo para ti, la luz al final del túnel. Pero no eres capaz de alcanzarla porque no quieres. Tienes la necesidad de regodearte en tu propio dolor, de sentir el horror saboreando tus lágrimas con lascivia. Te sumerges en el mismo pensamiento una y otra vez, y por mucho que intentes hacerte creer lo contrario, no quieres que se vaya. Crees que quieres olvidar, pero no es así. No puedes olvidar. No puedes porque no debes olvidar. Es una carga que no saltará nunca de tus hombros, que jamás te dejará. Pero eso te hará más fuerte.

Tom me abraza, se lamenta de ver mi dolor, trata de calmarlo con palmadas torpes en mi espalda, pero no es capaz. No voy a cerrar los ojos, quiero seguir viendo mi alrededor, quiero seguir disfrutando de mis propios temores. No te disculpes, no apartes la mirada. Observa cómo yo me deshago, cómo dejo de ser humano. Y ahora dime que sientes lástima. ¿La sientes? No me mientas. No sientas lástima por mi, porque yo no la siento por ti.
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>Mari<

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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitimeMiér Mayo 05, 2010 2:51 pm

esta muuuy buena!!!!!
me encanta como esta contada!!!
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MensajeTema: Re: Incienso   Incienso Icon_minitime

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